domingo, 5 de diciembre de 2010

Irlanda

    Estos últimos días Irlanda ha tenido que ceder y solicitar a la U.E. y al FMI un plan de rescate económico, como le ocurrió a Grecia, para salvar su maltrecha economía; ¿cómo ha llegado Irlanda a esta situación? Pues ha llegado porque ha dejado campar a sus anchas a los bancos; porque es lo que suele ocurrir en un país cuando sus gobernantes, sus empresarios y sus ciudadanos, permiten que se infle una burbuja especulativa tan grande. Es lo que pasa cuando uno se abandona a la liberalización de los mercados, a la desregulación de la economía y del sistema financiero o a un gasto público paupérrimo. 

    Irlanda era a mediados de los años 80 del siglo pasado uno de los países más pobres de Europa, casi no tenía sector empresarial, tenía que hacer frente (de forma que se endeudaba cada vez más) a un generoso Estado de Bienestar, y tenía una inflación y unos tipos de interés que no ayudaban nada. Es entonces cuando de forma sorpresiva nace el milagro económico irlandés, el famoso "Tigre Celta", basado principalmente en recortar el gasto del Estado para reducir el déficit público, en mantener los salarios bajos, en rebajar la inflación y los tipos de interés, y sobre todo una clara política de bajar los impuestos, especialmente el de sociedades (lo que pagan las empresas, siendo de los más bajos de Europa), para atraerse a las grandes multinacionales; de esta manera la economía irlandesa (el PIB) creció a una media del 6% en los últimos 15 años. Las cosas no iban mal, Irlanda crecía de forma saludable, basándose en la competitividad y en las exportaciones, pero a finales de los años 90 se entro en una espiral que condujo a una burbuja especulativa que se ha pinchado con la actual crisis. 

    Se creo una burbuja inmobiliaria y crediticia enorme debido a que el dinero emanaba por todos los sitios; como ha ocurrido en España, los irlandeses entraron en el juego de pagar por los pisos lo que demandaban las inmobiliarias, de ahí que cada vez fueran costando más y más, y se solicitarán créditos a diestro y siniestro, como la situación económica era boyante los bancos los daban, pero ha llegado un momento en que no se puede pagar lo que se pide por un piso y las familias han acabado endeudandose con los créditos. La burbuja ha explotado en la cara del Estado y de los bancos; los primeros por mirar para otro lado y los segundos por lucrarse con la construcción, ya que como la situación económica era buena, daban créditos a todo el mundo (por eso de los intereses), llegando un momento en que ellos mismos se endeudaban, porque para seguir concediendo dinero tenían que pedir a su vez créditos a los bancos extranjeros, los cuáles también han salido perdiendo con la caída del "Tigre Celta". 

    Cuando un sector como la construcción supone más del 15% de la riqueza de un país y 1/5 parte del empleo, es normal que cuando se pincha la burbuja, la caída de este sector arrastre consigo a toda la economía y a un sector financiero metido de lleno en dicho sector y culpable de esta burbuja; como se van a construir pisos si nadie los puede comprar y sino se construyen viviendas para que tener a los trabajadores empleados. 

    El gobierno irlandés en vez de que pagarán los culpables lo que hizo fue socializar las deudas, es decir, transformo una deuda privada, como era la contraída por los bancos irlandeses, en una deuda pública, ya que insuflo dinero de los contribuyentes para acabar con ella, de forma que el Estado es el que se endeuda y los bancos ven arreglado su problema y se van de "rositas". Las deudas de los bancos irlandeses han terminado por convertirse en endeudamiento público. De esta forma el Estado al endeudarse, no va a poder hacer frente a muchos pagos, y es aquí cuando solicita el rescate a la eurozona; pero claro este plan de rescate no es gratuito, no solo por los intereses a pagar (mayores que en el caso de Grecia) sino porque viene acompañado de la obligación de llevar a cabo un fortísimo plan de austeridad por parte del gobierno irlandés, que entre otras medidas supondrá el despido de cerca de 25.000 funcionarios, la reducción del sueldo de los que si conservan su puesto, una bajada del salario mínimo, una subida de la mayor parte de los impuestos y un recorte en todas las  partidas de gasto de lo que conocemos como Estado de Bienestar. 

    Sin entrar ya en que este plan de austeridad (impuesto por la U.E. para aprobar el plan de rescate) es erróneo intelectualmente, no va a conseguir lo que busca y que va a acarrear futuros problemas para la economía irlandesa (se habla ya de la posibilidad de década pérdida), es fundamentalmente injusto en el reparto de responsabilidades, ya que el ciudadano irlandés no tiene porque pagar los errores de la banca irlandesa y extranjera (cegadas ambas por su afán de dinero). Al final siempre pagan los platos rotos los mismos, los ciudadanos de a pie, es verdad que han hecho cosas malas, como vivir por encima de sus posibilidades, pero el castigo es demasiado. Como puede ser que unos individuos que se dedican a especular se salgan con la suya y no paguen por lo hecho; la respuesta a esto hay que encontrarla en el corazón mismo de este capitalismo salvaje que nos gobierna, los gobiernos no pintan nada aquí los que mandan son los mercados.

   

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